Por fin, y viendo que vamos dejando atrás el Covid, en Levante nos pusimos en marcha. Retomamos la ruta que teníamos prevista hace ya tanto tiempo y pudimos reunirnos, sobre todo con el ánimo de asegurarnos de que esta no es más que la primera ruta de muchas que haremos con nuestros increíbles cacharros.
Un día frío pero luminoso ayudó a que todo saliera bien y pudiéramos disfrutarlo. A pesar de que tres socios no tenían su coche a punto, también asistieron, pues lo importante era volver a compartir momentos y risas. Logramos reunirnos con gran puntualidad un poco de todo del mundo Triumph: un TR2, un TR3, un TR250, dos TR6 y un Spitfire, que hicieron las delicias de los paseantes de la Plaza Mayor de la Font de la Figuera aparcados en los espacios que el Ayuntamiento nos había reservado con una gran amabilidad para la ocasión, incluyendo la presencia de un policía municipal controlando la actividad y cuidando de nuestros coches, mientras que visitamos el increíble retablo de Juan de Juanes en la Parroquia de la Natividad, incluida la interesante y extensa explicación de cada detalle por parte del Párroco. No podemos más que agradecer a ambos, Parroquia y Ayuntamiento, las facilidades aportadas para la ocasión.
Desde ahí comenzamos nuestra ruta hasta la Bástida de los Alcusses, enclave íbero del siglo IV a.c. que, aunque no hubiera existido, simplemente las vistas desde el lugar merecerían la visita. Continuando desde Moixent, hicimos una preciosa y empinada ruta por el Bosquet y el Potixoll hasta Ontinyent entre sombras y bosques, donde seguimos hasta Fontanars dels Alforins. No fue una ruta larga, pero cada kilómetro de su paisaje, de sus cuestas y de sus curvas valían por dos, como mínimo.
En Fontanars disfrutamos de una cata de vinos que nos preparó con gran gentileza la bodega Daniel Belda, lo cual exigió moderación ya que implicaba muchas curvas, aunque en otra modalidad.
El restaurante La Toscana se había preocupado de resolver el corte al tráfico de una pequeña calle lateral para poder dejar aparcados en completo orden nuestros Triumph. Disfrutamos de una divertida y amigable comida a la que, aunque sólo fuéramos 6 Triumphs, asistieron muchos más socios, y nos dio la oportunidad de sentar las bases de nuestras próximas salidas.
Es imposible no agradecer especialmente su saber estar y su simpatía a Valentina y a Pablo, que con su corta edad nos hicieron sonreír a todos estos niños grandes amantes de los coches sin chips.
Tras la comida, anocheciendo a las seis y teniendo en cuenta que casi todos teníamos de 100 a 200 Km de vuelta a nuestras casas, y alguno tenía aún más hasta Guadalajara (gracias Tejón por el esfuerzo para asistir a la cita), nos dispersamos pensando en la siguiente ruta a realizar, y contentos de haber disfrutado un día inolvidable.